Al caer el sol nos encontraremos en la Plaza de San Juan de Dios, junto al Monumento a Moret, donde nuestro guía oficial dará la bienvenida y presentará el punto de partida de esta ruta de misterios y leyendas. A pocos pasos nos adentraremos en el estrecho Callejón del Duende, impregnado de esa atmósfera íntima y esquiva que caracteriza al Cádiz antiguo, para continuar hacia la solemne fachada de la Casa del Almirante, testigo silente de historias vinculadas al poder naval de la ciudad.

Desde allí avanzaremos hacia el Callejón de los Piratas, cuyas paredes guardan aún la impronta de la presencia corsaria en la bahía, antes de asomarnos al espacio que une la Catedral Vieja y la Nueva, donde la fusión de estilos arquitectónicos se realza con el juego de luces y sombras al anochecer. El paseo se vuelve más abierto en el Campo del Sur, junto al mar, donde el viento trae consigo ecos de otras épocas y nuestros sentidos se agudizan.

El recorrido prosigue entre las ruinas evocadoras del antiguo Manicomio Sagasta, conocidas también como Capuchinos, y la imponente Iglesia de San Lorenzo, cuyas líneas exteriores remiten al peso de la religiosidad en la vida gaditana. Al girar por el Callejón del Tinte sentiremos el latido popular del barrio, un rincón de tradición humilde antes de llegar a la animada Plaza Mina, corazón de tertulias y comercio nocturno. A escasos metros, la Parroquia de San Antonio acoge nuestro relato final de carácter contemplativo, para concluir la experiencia en la elegante Alameda Apodaca y la cercana Plaza de España, donde compartiremos impresiones bajo la sombra centenaria de sus árboles y farolas.

En total, un recorrido de unas dos horas que combina la arquitectura, la historia y el folclore más enigmático de la Tacita de Plata, ideal para quienes buscan descubrir el lado más oculto y fascinante de Cádiz sin desvelar por completo sus secretos. ¡Te esperamos para vivir una aventura única al filo de la noche!